Oldies: Mucho por vivir

Este octubre no ha sido un mes para Doblando tentáculos, sino para otros proyectos. De todos ellos, Oldies es aquel del que estoy más orgulloso de haber podido participar; aportar mi grano de arena me ha permitido conocer a verdaderos héroes de cuatro patas y a sus orgullosos compañeros, ser partícipe de su historia e intentar volcarla en un papel, disfrutar de lo que significa vivir un momento tras otro…

Oldies: mucho por vivir son fotografías, son segundos entre los que el obturador de una cámara se abre y se vuelve a cerrar, son instantes con un relato detrás. Un testimonio que habla de todo lo que nos dicen que no podemos hacer y, de todos modos, hacemos; de lo que nos enseñaron que era arriesgado, cansado, absurdo  e incluso estúpido, y no podemos evitar llevar a cabo; Oldies es otra manera de dar forma al inconformismo y cambiarlo todo a nuestro paso, entre todos.

Raider, uno de los perros que ha participado en 'Oldies: mucho por vivir'.

Y si me preguntas de qué va el proyecto, supongo que contestaría que de perros mayores; de esos que conmueven las miradas de muchos, pero no siempre los actos. De compañeros caninos que han sido abandonados cuando más necesitaban una familia, animales que han vivido todos los días que recuerdan en una protectora, y también otros que vencieron las estadísticas para encontrar una segunda oportunidad.

Por supuesto, no todos llegaron mayores a sus familias: muchos han vivido desde cachorros con quien dio el paso y adoptó a aquel galgo que iba a ser descerrajado a tiros en Valladolid o a uno de los jóvenes miembros de las muchas camadas que, en España, nacen para morir. Sin embargo, su energía, su complicidad y sus ganas de vivir diez, doce o quince años después son el mejor ejemplo del porqué de este proyecto.

Duc, el golden retriever que ha participado en 'Oldies: mucho por vivir'.

Quizá no sea más que otra forma de permitir que un perro anciano nos salve, como Caos hizo con nuestra (no tan) pequeña familia entre una asombrosa primavera de hace tres años y aquel invierno que nos heló un poco el corazón para siempre. Pero también nos ayudó a crecer, a ser más fuertes, más responsables, más personas. Y sobre todo nos ayudó a aprender a vivir minuto a minuto y a disfrutar de las cosas importantes.

Si quieres comprar el eBook y hacer una pequeña aportación al proyecto, aquí tienes el enlace: Oldies: mucho por vivir.

6 comentarios sobre “Oldies: Mucho por vivir

  1. Hola Javier, hace muy poco que sé de tu existencia, y te voy leyendo poco a poco en los ratos libres que tengo.
    Me encanta leerte.
    Es verdad, se ven muchos casos, sobre todo de perros ancianos buscando hogar. Y para ellos es más difícil encontrarles hogar. Lo que llama es el concepto «guapo y joven».
    Un perro anciano, ya no ve bien, le faltan dientes, le huele el aliento a rayos y centellas, tiene achaques, tiene incontinencia, …
    Hay que estar muy concienciado de que al cachorro fuerte y vigoroso le va a llegar su decadencia.
    Yo cuide de mi perro durante su vejez. No me veía, no me conocía, iba por la casa con un pañal, que le cambiaba 5 veces al día,…
    Cuando se hacía todo encima, a mí me daban ganas de llorar, bueno, de echo lo hacía.
    Pero cuando lo cambiaba, limpio y fresquito me miraba con sus ojitos nublados por las cataratas y se me olvidaba todo.
    Sigo teniendo perro, gato, … Me acompañan en mi viaje, no concibo la vida sin ellos.
    Un abrazo,

    1. ¡Hola, Inma!

      Ante todo, gracias por leerme. Confieso que todavía se me hace raro eso de que me haya empezado a leer tanta gente a raíz del texto sobre Caos y otros artículos sobre animalismo. 😉

      La verdad es que estoy completamente de acuerdo con lo que comentas; además, admiro muchísimo a toda la gente que, siendo consciente de lo que significa un perro anciano, decide compartir su vida y tira adelante hasta que sea él quien decide dar ese último capítulo por finalizado. Hablo de adopciones responsables «en la tercera edad» como las que promueven asociaciones fantásticas como Héroes de 4 Patas y muchísimas protectoras de todo el país.

      Por el contrario, lo que ya no es tan habitual es esta idea que tiene la gente del perro joven, atlético y guapo, como si no fuese a envejecer, y muchas veces este es otro problema grave al que nos enfrentamos socialmente (aunque no se limita simplemente a los peludos, ¿verdad?).

      Te confieso también que, durante meses, mucha gente nos decía por la calle que nuestro perro no era feliz y que debíamos plantearnos una solución definitiva: para mí, hay pocas cosas más atrevidas que la ignorancia; jamás les hicimos caso, seguimos disfrutando de nuestro animal y, solo cuando él quiso terminar, no dudamos ni un segundo.

      ¡Gracias por leerme! ¡Gracias por compartir tu historia! Y espero seguir viéndote por aquí. 🙂

      Un abrazote.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *